La gastronomía rumana es muy variada en sus platos así como en tradiciones, no obstante tiene influencias de la cocina balcánica así como de la de otros países vecinos tales como la cocina alemana, cocina serbia y la cocina húngara. La cocina rumana es, una de las más variadas y eclécicas de la Europa del Este.
Herederos de una tradición pobre, con hondas raíces en los gustos de un mundo de pastores y campesinos, es el plato llamado Mămăligă, una especie de polenta de harina de maíz que todavía actualmente se cocina en un recipiente de cobre. Se puede condimentar con mantequilla o queso, con nata, o bien servir de acompañamiento a otros platos.